viernes, diciembre 10

La Pintura Virreinal: registro "fotográfico" de la época

Este arte, a pesar de ser en su mayoria sacro, por medio de los detalles que esconden las pinturas, nos cuentan el modo de vida y pensar de los peruanos de esos siglos. Cuadros llenos de simbolismos pero ademas de mucha historia. Son las fotografías del pensamiento y piedad que caracterizaron a los peruanos de esa época.


San Eustaquio, Anonimo
Cuzco, circa 1790/1820, Óleo sobre tela: 115 x 82 cm.

La obra representa a San Eustaquio en el momento de su conversión al cristianismo, mientras caza en medio del bosque. El futuro santo, vestido a la romana, se ve cabalgando sobre un caballo en corveta encima de una peña, y lleva una lanza en la mano derecha, dirigida hacia el ciervo que aparece en la parte inferior derecha del lienzo. Su acción parece haber sido detenida por la aparición de la Virgen con el Niño, que surge en medio de un rompimiento de gloria hacia el lado superior derecho de la composición. La sorpresa del personaje y el carácter sobrenatural del acontecimiento se ven subrayados por el sombrero de Eustaquio, que se eleva entre llamas de fuego.

Esta representación no es común dentro de la iconografía de San Eustaquio –uno de los catorce santos auxiliadores-, pues introduce la visión de la Virgen, que la leyenda no suele mencionar. Según la tradición, Eustaquio era un general romano aficionado a la caza que vio aparecer a Jesús Crucificado entre los cuernos de un ciervo, mientras oía una voz que lo llamaba por su nombre a convertirse. En este caso, el ciervo no muestra la cruz y su acto de conversión es convocado por la figura de María con el Niño en brazos.

Por razones de colorido y estilo, el cuadro pertenece a un momento tardío de la pintura andina, que cabría situar entre fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. Es probable que la vestimenta romana del santo pudiera resultar particularmente atractiva para los comitentes de esta pintura, debido a la irrupción del gusto neoclásico dentro de los sectores ilustrados de la época.


Arcángel abanderado (¿San Gabriel?), Anonimo
Alto Perú, circa 1700/1730, Óleo sobre tela: 120 x 72 cm.

La obra representa un arcángel de cuerpo entero, que debió formar parte de una serie de arcángeles arcabuceros pues lleva la bandera propia de los comandantes de esos cuerpos armados. Viste casaca rosa bordada en blanco, debajo de la cual asoma una camisa con pechera rectangular de encaje, y una faja roja con bordura de oro ciñe su cintura. Está en posición de descanso, con el asta tomada con la mano derecha y apoyada sobre el hombro del mismo lado. La bandera escaqueada, en colores celeste, amarillo, rojo y blanco, se ve recogida en un extremo por la mano izquierda del arcángel, que a su vez se apoya en la cintura.  Lleva sobre la cabeza un chambergo alón con cinta roja y plumas blancas. Aunque  su nombre no aparezca inscrito, es del todo probable que se trate de San Gabriel, quien suele representarse con la misma indumentaria.

Estos arcángeles vestidos a la moda de los guardias de corps contemporáneos, solían oficiar  como custodios de la Inmaculada Concepción. Constituyen una de las iconografías más peculiares de la pintura colonial surandina, ya que no aparecen en el arte europeo ni en el de otras regiones de América. Se trata, por tanto, de una invención propia del barroco peruano, que a su vez reelabora en clave moderna el culto medieval por las milicias celestiales. Para ello los pintores cuzqueños y altiplánicos utilizaron como modelos las láminas de ciertos tratados flamencos de arcabucería, donde se mostraban gráficamente las distintas posiciones para el manejo del arcabuz y la evolución de la tropa.


Santa Catalina De Alejandria, Escuela Cuzqueña
Oleo Sobre lienzo, Siglo 18

Catalina nació hacia el 290 en el seno de una noble familia de Alejandría en Egipto. Dotada de una gran inteligencia destacó, muy pronto, por sus extensos estudios que la situaron al mismo nivel que los más grandes poetas y filósofos de la época. Una noche se le apareció Cristo y decidió, en ese momento, consagrarle su vida, considerándose, desde entonces, su prometida.

El Emperador Maximiano acudió a Alejandría para presidir una gran fiesta pagana. Catalina aprovechó esta ocasión para intentar la conversión del Emperador al cristianismo, lo que despertó su cólera. Para ponerla a prueba le impuso un debate filosófico con cincuenta sabios a los que trataría de convertir. Catalina lo logró, lo que provocó la ira del Emperador, que hizo ejecutar a los sabios, no sin proponerle antes a Catalina que se casara con uno de ellos, a lo que ella se negó rotundamente.

El Emperador ordenó, entonces, que torturaran a Catalina utilizando para ello una máquina que tenía unas ruedas guarnecidas con pinchos. Milagrosamente las ruedas se rompieron al tocar el cuerpo de Catalina. La rueda que se utilizó para su suplicio está, casi siempre, representada detrás de ella. Obstinado, Maximiano ordenó su ejecución y fue decapitada.

En el cuadro que aparece arriba, se le representa de pie triunfante por su fe al cristianismo con una espada sobre la cabeza de unos de los filósofos.

Exhibición de Pinturas del Gran Virreinato del Perú

Manuel Cases Jimenez es el gestor de esta exhibición de casi 40 obras originales de la pintura virreinal, y en la siguiente entrevista nos habla de esto:

¿Qué finalidad tiene este evento?
Recorrido virreinal es la exposición de una serie de obras coloniales para conocimiento de la gente. Más que por un fin comercial, juntamente con mi hermana Gabriela, trabajamos para revalorar la pintura virreinal. La Escuela Cusqueña alcanzó niveles estéticos y académicos muy altos y queremos que la gente sea partícipe del tema histórico y estético.

¿Cuáles son los principales autores de esta exposición? Generalmente son anónimos, ¿no?
Bueno, la mayoría de los pintores de la Escuela Cusqueña no firmaban sus creaciones, no se acostumbraba hacerlo. En esta muestra hemos podido reunir obras muy importantes, tenemos, por ejemplo, La Virgen de Cocharcas, arcángeles, arcabuceros y mucho más, lo más selecto de pintura virreinal.

Estamos hablando de pinturas originales.
Sí, sí, son más de cincuenta obras originales de la Escuela Cusqueña, también de la limeña y quiteña, aparte del mobiliario.

¿Se puede comprar y vender?
Sí, por supuesto. La idea es que la persona que adquiera una pintura, se constituya en un tenedor del patrimonio cultural y se espera que le dé la importancia que se merece.

¿Tienen la autorización del INC?
Sí, todas las obras están debidamente registradas en el INC y dentro del territorio nacional es lícito su comercio.

¿Cuáles son las características de la pintura virreinal?
La pregunta es compleja y amplia, pero hay una serie de influencias que la pintura virreinal ha recibido en distintos periodos. Habría que empezar hablando del Bitti y Alesio. Luego fue cambiando, por ejemplo, con el manierismo y se transformó en el tenebrismo español. En 1688 se rompe con el gremio de artistas españoles y los pintores quechuas asumen un sincretismo.

¿Qué hacer frente a la depredación de la pintura virreinal?
Si somos concientes de un acto delictivo hay que denunciarlo. Es importante una política de seguridad del patrimonio de la Nación. La muestra tiene el propósito no solo de revalorar la pintura sino de formar una conciencia en la ciudadanía.

Esta exhibición se realiza en el Restaurante "La Carreta", ubicado en la Av. Rivera Navarrete 740, San Isidro - Lima, desde el 04 de Noviembre hasta el 22 de Diciembre.

Entrevista radial a Manuel Cases Jimenez
Sitio web: www.muestracolonial.com

Fuentes:
Entrevista en Diario La Primera a Manuel Cases Jimenez
Evento de la Exhibición en Facebook